¿Que nos dicen los colores? Existen varias tendencias

Los colores pueden evocar recuerdos, sentimientos y asociaciones sin que seamos conscientes de ello. Pueden tener un significado positivo y negativo a la vez.

BLANCO: es el color de la paz y de la pureza. Es frío, silencioso y crea sensación de infinito. Se utiliza el color blanco como el mejor de los recursos para potenciar la luz natural del exterior, consiguiendo de este modo ampliar los espacios.. El blanco reaviva el tono de cualquier color con el que se le asocie.

ROJIZOS: el rojo es el color de la vitalidad, del fuego, de la sangre y la pasión. Los colores intensos deben dosificarse en cantidades pequeñas, pues si se pinta con colores oscuros sobre grandes superficies, da una impresión de ahogo, la estancia parece más pequeña y pierde en

luminosidad. Una buena combinación se consigue combinando materiales como la madera o la piedra.

AZULES: Es un color relajante y tranquilo. Las diferentes combinaciones con tonalidades de azul crean ambientes fríos y despejados pero también pueden equilibrarse con colores cálidos. Se aconseja utilizarlos en estancias que requieran una especial relajación. Hay que procurar evitarlos en comedores, habitaciones frías y oscuras, entradas, escaleras.

VERDES: es el color más tranquilo y sedante. Recuerda el frescor, la vegetación y el mundo natural. Si se le añade una cantidad discreta de azul, por ser este un color frío, el verde deviene sobrio e invita a la reflexión. Si se mezcla en cambio con amarillo, la luminosidad de éste le da al verde una fuerza activa y soleada. Refresca y agranda el espacio, crea una estancia tranquila. Los tonos más oscuros resultan ricos y naturales.

AMARILLOS: es el color más luminoso, más cálido y ardiente. Es el color primario que, junto a su gama de colores, tradicionalmente se ha usado en la decoración de viviendas. Los tonos claros dan luz y crean un ambiente relajado y sosegado. Los tonos más intensos es mejor utilizarlos en espacio iluminados con luz artificial y de pequeño tamaño. Si se combina con rojizos o anaranjados aportan alegría y viveza. Con verde gana en frescura.

NARANJAS: posee la luminosidad del amarillo y la excitación del rojo. Tiene una fuerza activa, radiante y expansiva. Realzan el mobiliario y los complementos y dan a la estancia una sensación de calidez, bienestar y recogimiento. Debido a su calidez, necesitan colores fríos como los verdes y azules para crear contraste y equilibrio.

NEGRO: este color puede usarse con mucho acierto en decoración. Sólo en casos muy especiales, o en detalles complementarios, porque el color negro, cuando abunda demasiado crea una sensación de algo impenetrable, negativo. En cambio, si se usa con buen criterio, el color negro confiere elegancia.

Vía: Bruger, Flickr